Columna vertebral

Por qué es tan importante la columna vertebral?
A la columna vertebral se la ha apodado con el nombre poético y simbólico de «árbol de la vida». Los profesionales médicos de la quiropráctica sabemos que este nombre se ajusta perfectamente a todo el poder que contiene. 

Nuestro sistema nervioso está formado por el cerebro, la médula espinal y una enorme red de nervios que se extienden por todo nuestro cuerpo. Los nervios conectan el cerebro con nuestros órganos, músculos, tejidos, etc. Son los encargados de enviar información a la médula espinal para que ésta la traslade al cerebro.

El hambre, el sueño, las emociones, el equilibrio y la coordinación, la digestión… son algunas de las funciones esenciales, entre muchas otras, coordinadas por el sistema nervioso.

Cualquier desajuste vertebral en la columna interferirá en el funcionamiento del sistema nervioso y, por tanto, afectará al resto de nuestro cuerpo: al sistema musculoesquelético, al sistema inmune, al digestivo, al respiratorio, al cardiovascular… 

Como resultado de estos pinzamientos, el canal de comunicación vital entre el sistema nervioso (cerebro, médula espinal y columna vertebral) y el resto del organismo se ve debilitado en su funcionamiento.

Las subluxaciones y los demás tipos de bloqueos que afrontamos en nuestro día a día, como los bloqueos químicos, medioambientales, emocionales, etc., crean interferencias profundas en nuestro estado de salud e impiden que nuestro organismo se guíe y se equilibre por su poderosa sabiduría innata.

Los efectos de estos bloqueos no son evidentes a simple vista para alguien que no sea un especialista, pero pueden provocar graves desequilibrios. Algunas de las consecuencias de estas disfunciones neuroorgánicas son: depresión, dolor de espalda, dolor muscular, contracturas, trastornos digestivos, trastornos respiratorios, insomnio, etc.

Para explicarlo de manera diferente, usaremos dos metáforas:
1. La metáfora de la red eléctrica: la electricidad de todo nuestro vecindario forma parte de una enorme red eléctrica, que funciona como nuestro sistema nervioso. En ocasiones, hay un cortocircuito (una subluxación) en una de las conexiones, que afecta a solo una casa. Si este cortocircuito no se identifica y repara, la comunicación de toda la red eléctrica puede dejar de funcionar. A veces, ese pequeño cortocircuito puede llegar a provocar que la central eléctrica colapse y que se produzca un apagón total en una calle o en el vecindario entero. 

2. La metáfora de la manguera: nuestro sistema nervioso es como una manguera que, en vez de un flujo de agua, contiene el flujo, la información nerviosa. Esta manguera es la que permite la transmisión del cerebro al sistema nervioso, del sistema nervioso cuerpo, y viceversa. Cuando entra una piedra en la manguera, se produce una obstrucción que impide que el agua fluya. Lo mismo ocurre con las subluxaciones que bloquean nuestro sistema nervioso. El objetivo y la función del quiropráctico es quitar esa interferencia para que la información nerviosa vuelva a fluir correctamente y a atender a todo nuestro organismo.